Es difícil recordar con exactitud el primer libro que leí, pero lo que si recuerdo es tomar un ejemplar de Colibrí (Cameron, 2003) y devorarlo después de clases durante la primaria. Fue un parteaguas porque fue el primer libro que realmente sentí como un acompañamiento cercano. Aunque en su momento no entendía muy bien qué era lo que me estaba diciendo, ciertamente fue la lectura que despertó la curiosidad en mi para emprender el camino dentro de la literatura.
El autor que hasta la fecha me acompaña (así su público meta sean niños y adolescentes jóvenes) es Rick Riordan, autor de el universo de Percy Jackson, The Kane Chronicles y sus derivados. Comencé a leerlo desde los 11 años y no he parado. Sin embargo, en un contexto más maduro, me es más difícil decidir por autores, pero definitivamente puedo nombrar algunos títulos, la mayoría de ellos centrados en el género de realismo mágico y ensayo literario.
- Un cuarto propio (Virginia Woolf)
- Balún Canán (Rosario Castellanos)
- La Divina Comedia (Dante Alighieri)
- Las Crónicas de Narnia (C.S. Lewis)
- Paula (Isabel Allende)
- Matar un ruiseñor (Harper Lee)
Una frase que me gusta mucho viene de el libro La Peste de Albert Camus es la siguiente:
“A loveless world is a dead world, and always there comes an hour when one is weary of prisons, of one’s work, and of devotion to duty, and all one craves for is a loved face, the warmth and wonder of a loving heart”.